Es cierto también que dentro de lo que la administración se lo permite, ha ofrecido beneficios para la población y ha anunciado medidas como la digitalización de servicios que van a agilizar trámites y evitar actos de corrupción, como las mordidas, y empezó la modernización del transporte urbano en el puerto de Veracruz.
Se enfrenta al centro del poder
Y en un estado donde el ejercicio de la política se considera un deporte, se atrevió ya a lo que ningún antecesor suyo antes: hacer un reclamo y enfrentarse a una parte de la cúpula del poder central por una decisión en su partido que no le gustó, que le puede traer consecuencias, por supuesto, pero que la ha mostrado con arrestos para defender una causa en la que ella cree que tiene la razón.
Con otra más: por lo menos intenta meter orden en la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y meter al orden a un grupo que desde hace mucho tiempo torció el sentido original del quehacer magisterial, que abandonó el aula para dedicarse a un quehacer para el que no fue contratado, el burocrático administrativo, amparado en “sindicatos” que pervirtieron su función de defender los derechos e intereses de sus agremiados para devenir en verdaderos grupos hasta mafiosos, que lucran con los recursos públicos que deben dedicarse a la educación y gozan de privilegios como una verdadera casta, con algo peor, que prácticamente roban a través de “aviadores” o empleados fantasma que cobran sin trabajar y a veces sin existir en verdad.
Son tantos y tan fuertes lo intereses creados, y tan enquistados están, que casi todos ven imposible que logre su propósito, pero su lucha es de tan buen propósito que merece que se le respalde.
Y sí, la violencia e inseguridad continúan, los feminicidios no cesan, los hospitales siguen careciendo de medicamentos, en Xalapa, la capital, no ha anunciado una gran posible solución al problema vial y a la escasez de agua potable cuando sí lo ha hecho para obras de gran calado en Boca del Río y Coatzacoalcos, por ejemplo, las carreteras continúan destrozadas, el desempleo formal es preocupante, y un largo etcétera, aunque son problemas y carencias que ha heredado.
Ayer jueves, el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Luis Carbonell de la Hoz, denunció que al menos 10 precandidatos de su partido han recibido amenazas para que se bajen de la contienda. La violencia política, pues, amenaza. Por lo menos, a diferencia de Cuitláhuac, Rocío no reaccionó negando que se den hecho de violencia en el estado ni descalificó a Carbonell ni a su partido, y sí pidió que denuncien, que le informen de las amenazas para que puedan actuar y proteger a los políticos. “A todos los que se sientan amenazados se les va a garantizar su seguridad”.
A juicio del columnista, el balance inicial es positivo. Habrá que estar atentos para ver qué anuncia ahora y cómo transcurre y termina su gobierno.
El singular estilo mediático y a nocivo sindicalismo
Algo que he notado en estos primeros tres meses de gobierno es el estilo de su manejo mediático: sus boletines de prensa son de solo cinco, cuando mucho, excepcionalmente, de seis párrafos, sin paja, directos, pero también sin mencionar a los funcionarios por su nombre, salvo el caso de ella.
El columnista sabe que también hay la orden terminante de que ningún secretario o subordinado de su gobierno debe hacer declaración alguna, lo que explica que salgan huyendo cuando ven a los reporteros, e incluso el personal de Radio Televisión de Veracruz (RTV) no puede ir a entrevistar a ninguno a menos que reciba autorización del palacio de gobierno. Ahí desaparecieron el programa de entrevistas “A 8 Columnas”.
En las diversas secretarías hay operadores o equipos de prensa, pero nadie está autorizado para presentarse como tal, en las estructuras administrativas no existen los cargos y al personal lo tienen camuflado en diversas oficinas, pero todos actúan con temor a ser detectados y algunas veces hablan con la prensa, pero a condición de que no se les identifique.
Y ya hay quienes empañan su joven gobierno atentando contra la prensa
Pero esas medidas internas no justifican, de ninguna manera, el atropello como el que cometió ayer el asistente, jefe de prensa o secretario particular, achichincle de la secretaria de Cultura, Xóchitl Molina, Javier Landa, quien impidió que la reportera Concepción Sánchez cumpliera con su trabajo cuando intentó entrevistar a su jefa en el Congreso del Estado.
Mi compañera reportera buscaba una declaración sobre por qué mandó a dormir en el piso a indígenas que participaron en una exposición de artesanías en el Centro Cultural Atarazanas.
En un verdadero atentado al ejercicio de la libertad de prensa, el émulo del peor guarura se interpuso entre la periodista y la funcionaria, violentó a la reportera, como lo demuestran dos fotografías que circularon en las redes sociales donde se hicieron virales, y la secretaria no hizo ningún intento por evitar el abuso y arbitrariedad de su colaborador. Esas son las manchas del gobierno que inicia, manchas que, por lo demás, pueden dar pie a que se diga que el gobierno de Rocío Nahle es represor de la prensa, pagando el todo por la parte.
Lo lamentable es que la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP), supuestamente “responsable de atender y proteger la integridad de las personas periodistas, así como de promover las condiciones para el libre ejercicio de la profesión del periodismo, con pleno respeto al derecho a la información y a la libertad de expresión”, no condenó el hecho y se quedó callada, lo mismo que la Comisión Permanente de Atención y Protección de Periodistas del Congreso local, en cambio, la que sí protestó y pidió la renuncia del agresor fue la Asociación de Comunicadores de Veracruz (Acover).