AÑO 18 VOLUMEN 5228

 

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El mito del “orden financiero” de Cuitláhuac

Luis Alberto Romero

El Informe de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública, difundido recientemente por el ORFIS de Veracruz, terminó por sepultar el mito de la transparencia y del buen manejo de la deuda pública durante el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.

En la Glosa del Sexto Informe, el 19 de noviembre de 2024, el entonces secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, presentó ante el Congreso local un panorama optimista. Aseguró que el gobierno había reducido la deuda pública en un 25%, eliminado los créditos de corto plazo y dejado en caja más de 10 mil millones de pesos para la siguiente administración.

“Somos el primer gobierno capaz de controlar, estabilizar y reducir la deuda que nos heredaron; me llena de orgullo informar que al cierre de 2024 será de 65 mil 801 millones de pesos”, declaró Lima Franco.

Sin embargo, los datos oficiales cuentan otra historia. De acuerdo con el estudio “Financiamiento y Deuda Pública del Estado de Veracruz 1993-2019” de la Cámara de Diputados —que cita cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público—, la deuda pública veracruzana en el primer trimestre de 2019 era de 46,729 millones de pesos. Al cierre del sexenio de García Jiménez, el ORFIS reportó una deuda de 51,276 millones. En otras palabras, la deuda no se redujo; aumentó en casi cinco mil millones de pesos.

Aún más revelador: entre 2022 y 2023, la deuda creció 1.69%, al pasar de 47,018 a 47,811 millones de pesos. Ese monto es prácticamente el mismo que se registró en 2015, penúltimo año del gobierno de Javier Duarte.

Las cifras presumidas por la Secretaría de Finanzas no coinciden con las fuentes oficiales. Mientras Lima Franco hablaba de una deuda de más de 66 mil millones de pesos en 2023, el ORFIS documentó una cifra casi 20 mil millones menor. Las cuentas de Lima tampoco tienen respaldado en ningún informe ni de Hacienda, ni del Congreso, ni del propio órgano fiscalizador.
La reducción del 25% de la deuda pública, que tanto presumió la pasada administración veracruzana, carece de sustento.

En suma, el discurso de austeridad y orden financiero del pasado sexenio fue, en realidad, una narrativa construida sobre cifras maquilladas. Los datos oficiales confirman que la deuda pública no disminuyó, sino que creció, y que la estabilidad financiera de Veracruz no se encuentra en la herencia dejada por la pasada administración estatal.

Porque, al final, los números —no los discursos— son los que muestran la verdadera herencia de un gobierno.
@luisromero85