“Desde los 40 años empecé a hacerme las mastografías, y hace varios años dejé de hacérmelas por el dolor que representa y porque terminaba con moretones y cosas que me parecían que podían ser peor que no hacérmela, pero no había otra manera de realizar el estudio que con el mastógrafo”. 

Son las palabras de la consultora  Dalia Edith Pérez Castañeda, quien trae una buena noticia: ¿Se imagina hacerse la mastografía sin que le aplasten los senos dos planchas de 20 kilos cada una, sin que le duelan y le salgan moretones? ¿Sin que la asistente le manipule las mamas de manera horizontal, vertical, se las aplaste con la máquina hasta que usted le diga que ya no resiste la presión sobre ellas?

Dalia cuenta que todo empezó el año pasado que escuchó una entrevista con la científica mexicana Julieta Fierro, quien lanzaba preguntas sobre cómo habíamos llegado a la luna y otros planetas y seguíamos con cuestiones como un cinturón de seguridad que nos sigue molestando a las mujeres y  también cómo desde el siglo pasado, a mediados de las décadas de los 50-60, a la fecha, se sigue utilizando el mastógrafo y haciendo el estudio de la misma manera.

Habla también Dalia de su coincidencia con la representante en México de una nueva tecnología que no duele ni que emite radiaciones y lo mejor, que se lo pueden hacer jóvenes desde los 20 años, incluso mujeres que estén lactando. 

Explica que el estudio de la mastografía sin dolor funciona por electroimpedancia magnética, 

¿A poco no es maravilloso?

Refiere que antes de entrar a la cabina se hace como un diagnóstico, datos muy generales como edad, antecedentes, estudios previos que además, si las mujeres tienen estudios anteriores, sería ideal que pudieran también llevarlos; posteriormente, el personal médico hace una exploración manual, después te ponen dos diodos pegaditos en el antebrazo, y después se pasa el equipo, que es como un capuchoncito que se coloca suavemente sobre una mama y después sobre la otra; se toma las imágenes y de inmediato te dan el resultado con el mismo nivel de precisión que los estudios tradicionales. El tiempo aproximado no sería más de 25 minutos, incluyendo ya el momento en que les entregan su diagnóstico y es explicado por la doctora. 

El estudio ya está aprobado en México, afirmó Dalia, y refiere que en el estado de Querétaro ya lo tienen dentro de los servicios de salud pública, razón por la que ella está abriendo brecha en Veracruz, para que las y los veracruzanos tengamos acceso a la mastografía sin dolor. Incluso refiere que está dispuesta a poner el proyecto en manos de la gobernadora Rocío Nahle y sentarse con las autoridades de salud del estado para que ese milagro suceda.

Otra ventaja es que el equipo es súper portátil, así las mujeres ya no tendrán que ir a donde están esas unidades aparatosas y que muchas veces son inaccesibles en algunos lugares como la sierra o comunidades alejadas.

Las fechas en las que estará este estudio en Xalapa serán el 14, 15 y 16 de marzo, con un precio promocional de mil pesos que servirá  para traer el equipo y pagar al personal médico; además, esa inversión se puede facturar como gastos médicos, para posteriormente hacerlos deducibles en la declaración anual o que el importe sea reembolsado. Dalia desde la sociedad civil tocó la puerta del Sindicato de Trabajadores de Telebachillerato, que tienen un programa de salud y, ya se sumaron a su iniciativa prestando las instalaciones para que allí acudan 100 hombres y mujeres a hacerse el estudio. Agenda tu cita al 2282225694.

Pero ¿por qué pagar mil pesos cuando muchas veces el estudio es gratuito? le pregunto.

Por principio, me habla de la importancia de priorizar nuestra salud, de evitar una radiación al cuerpo que muchas veces traen consecuencias futuras.

Con esta mastografía, la edad para realizarla se amplía desde los 20 años; pone como ejemplo a las jóvenes que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama y que deberían estar haciendo un seguimiento para la detección temprana. 

Asimismo se abren posibilidades para el acceso a servicios de salud más amigables que no sean invasivos ni traumáticos y que no tengan otros efectos colaterales posteriormente.

Dalia finaliza diciendo que éste es un primer intento en Veracruz, un primer esfuerzo, pero  está segura, se puede abrir camino para que el futuro sea diferente, para que podamos tener acceso a todas, pues no van a suceder las cosas, tenemos que hacer que sucedan. 

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